Monday, October 30, 2023

Alternate Universe 2023 Best Fanzine Hugo Acceptance Speech

The 2023 Hugo Awards were presented on Saturday October 21. The winner for Best Fanzine was Zero Gravity Newsletter and we could not be more excited to see that zine join in the tradition of Hugo Award winners. If we had a glass in our hands right now, we would raise it to RiverFlow, Ling Shizhen, and all of the contributors to Zero Gravity Newsletter.

There is an alternate universe, however, where Nerds of a Feather might have been awarded our second Hugo for Fanzine. Our editor Arturo Serrano was fortunate enough to attend this year's Worldcon in Chengdu, and had the category gone another way, this is the acceptance speech he would have given.

We would like to share it with you as Arturo would have given the speech in his original Spanish. The English translation follows. It represents our overall appreciation through the lens of Arturo's personal perspective.

Team Nerds of a Feather


Buenas noches.

De parte de mis colegas editores y de los fundadores de nuestra página de reseñas, quiero extenderles a los votantes de este premio nuestro más humilde y conmovido agradecimiento, y quiero también renovarles nuestra promesa permanente de compartir nuestro cariño por la imaginación con una voz honesta y una perspectiva informada.

Somos conscientes de que pertenecemos a una comunidad de lectores cada vez más variada y global, y nos tomamos muy en serio la responsabilidad de contribuir al enriquecimiento de esa comunidad.

Recibimos este premio en calidad de aficionados, una categoría que el resto del año parece importar muy poco. Bajo las reglas de votación de los premios Hugo, los aficionados hemos estado cerca de no merecer siquiera asistir a la misma celebración con el resto de autores nominados. Pero resulta que quienes deciden los ganadores de los Hugo no son un comité de jurados prestigiosos: somos todos nosotros. Quienes escribimos desde la posición de aficionados y nos dirigimos a un público hecho de aficionados no debemos sentirnos menos dignos de unirnos a la fiesta. A pesar de que después de esta ceremonia la prensa especializada va a volver a dirigir la mirada a los autores famosos, no se nos puede olvidar que quienes los elevaron hasta esa posición fuimos nosotros; quienes decidieron premiarlos fuimos nosotros.

Los aficionados hacemos los Hugo. Los aficionados somos los Hugo.

Estoy delante de ustedes no solo como miembro de un grupo de reseñistas; estoy delante de ustedes como ciudadano del Tercer Mundo, como espectador de utopías que no se hicieron para nosotros, como comprador de visiones del futuro donde no aparecemos. Pero esta noche, cuando tenemos la mayor variedad de autores nominados en la historia de los premios Hugo, siento que por fin puedo imaginar un futuro en que cualquier niño que juega con muñecos de superhéroes rotos, como lo fui yo, pueda llegar a un escenario como este a hablarles de las historias que lo apasionan, un futuro en que nadie tenga por qué extrañarse de que ese niño venga a hablarles con su voz, con sus palabras, con su ser entero.

Cuando yo escribo mis reseñas, tengo que disfrazar mi voz con el idioma inglés. Pero al menos por esta noche quiero tomarme el derecho a llamarme miembro de esta comunidad hablándoles como yo mismo. Amo las mismas historias que el resto de los presentes, los mismos universos, los mismos héroes. Aunque no sepan qué les estoy diciendo, soy uno más de ustedes.

Y aun así, en un día normal, al momento de tratar de interactuar como iguales, un aficionado como yo (un tercermundista como yo) se puede sentir como una criatura de los clásicos de este género. Nos sentimos como críptidos, como marcianos, como fantasmas que intentan comunicarse con gente que no sospecha que existimos.

Eso no debe volver a pasar. El camino que me condujo a mí a tener un Hugo en las manos es un camino que afortunadamente existe, pero sigue siendo demasiado estrecho. De manera que voy a aprovechar esta rarísima oportunidad, en que mi voz se oye en toda la Tierra, para decirles a los entusiastas de la imaginación que no pudieron entrar a las universidad distinguidas que crean redes de contactos, ni a los talleres de escritores que lo sacan a uno del anonimato, que aquí, tras las candilejas de la fama, hay muchos que compartimos ese mismo origen y que queremos trabajar para hacer más anchas las puertas que nos acogieron.

Quiero que cualquier aficionado del mundo que comparta mi origen, y que haya conocido la frustración de sentirse sin voz, me vea aquí, convertido en uno de los protagonistas de esta fiesta, y se sienta menos desanimado. La belleza de la imaginación está en que todos la tienen, y eso significa que de cualquier rincón ignorado puede surgir la próxima idea maravillosa.

Nuevamente agradezco a los votantes de este premio, agradezco la hospitalidad de esta ciudad y la generosidad del comité organizador de este evento, y por último, agradezco la paciencia de todos los presentes.

Good evening.

On behalf of my fellow editors and the founders of our review website, I want to extend to the voters of this award our humblest and most heartfelt thanks, as well as to reiterate our ever-standing promise to share our passion for imagination with an honest voice and an informed perspective.

We are aware that we belong to an increasingly varied and global community of readers, and our responsibility to contribute to enriching that community is one we take very seriously.

We receive this award as fans, a category that seems to matter very little for the rest of the year. Under the Hugo voting rules, we the fans have been close to not even deserving to attend the same celebration with the rest of nominated authors. But, as it turns out, the ones who decide the Hugo winners are not a committee of prestigious judges: it's all of us. Those of us who write from the position of fans, for an audience composed of fans, should not feel less worthy of joining the party. Even though after this ceremony the specialized press will turn their eyes back at the famous authors, we should not forget that they were lifted to that position by us; they were awarded by our choice.

We the fans make the Hugos. We the fans are the Hugos.

I stand before you not only as a member of a team of reviewers; I stand before you as a citizen of the Third World, as a spectator of utopias that weren't made for us, as a buyer of visions of the future where we don't make an appearance. But tonight, when we have the greatest diversity of nominated authors in the history of the Hugo Awards, I feel like I can finally imagine a future in which any kid who plays with broken superhero dolls, as was my case, can enter a stage such as this one and talk to you about the stories that he's passionate about, a future in which no one should find it strange if that kid comes talking in his voice, with his words, with his entire being.

When I write my reviews, I have to disguise my voice with the English language. But at least for tonight I want to claim the right to call myself a member of this community while talking to you as myself. I love the same stories as everyone present, the same universes, the same heroes. Even if you don't know what I'm telling you, I'm one of you.

And yet, on a normal day, when we try to interact as equals, a fan like me —a Third Worlder like me— can feel like a creature from one of the classics of the genre. We feel like cryptids, like Martians, like ghosts attempting to communicate with people who don't suspect our existence.

That must not happen again. The path that led me to holding a Hugo in my hands is one that fortunately exists, but is still too narrow. So I'm going to take this rarest of opportunities, when my voice is heard across the Earth, to address the enthusiasts of imagination who couldn't enter the distinguished universities that create networks of contacts, or the writing workshops where one is pulled out of anonymity, and tell them that here, under the limelight of fame, many of us share that same origin and want to work to widen the doors that welcomed us.

I want any fan in the world who shares my origin, who has known the frustration of feeling deprived of a voice, to see me here, turned into one of the protagonists of this party, and feel less disheartened. The beauty of imagination lies in the fact that everyone has it, and that means that the next wonderful idea can come from any ignored place.

Once again I thank the voters of this award, I thank the hospitality of this city and the generosity of the organizing committee, and lastly, I thank everyone present for their patience.